Hace un par de semanas estuve en una fiesta de cumpleaños con temática de los años 20. Me gusta coser y había trabajado bastante en mi disfraz, un vestido corto color crema con flecos en la falda.
Tras darme una ducha y arreglarme un poco, me puse mi disfraz, me despedí de mi padre con un beso en la frente y acudí con la firme intención de pasármelo genial.
Desafortunadamente, la fiesta duró más de lo que había imaginado.
Aunque me lo había pasado bastante bien, a las 4 de la mañana me encontraba ya muy cansada y estaba desesperada por irme a casa.
Estaba tan agotada que incluso me dio pereza quitarme el disfraz, así que me puse la chaqueta encima y me marché. Los accesorios y mi ropa de calle iban en mi bolso de imitación de una marca conocida.
La estación de tren estaba a dos manzanas, y como no tenía prisa, caminaba con tranquilidad.
via Policía: Capítulo 1