Policía: Capítulo 2

En uno de los semáforos se me acercó un hombre.


Estaba justo detrás de mi.


Comencé a sentirme más y más inquieta, notando su mirada clavada en mi cuerpo.


Cada vez más asustada, noté como todos mis sentidos se agudizaban percibiendo el peligro.


Sentía como me desnudaba con la mirada.


De repente, sin aviso alguno, se acercó bruscamente a mi y me sujetó por un brazo.


Susurrándome lascivamente al oído, me dijo que tenía unos pechos estupendos.


Intenté zafarme de él sin éxito. De modo que le solté una sonora bofetada.


Ese fue mi peor error.


Enfadado y terminando rápidamente con el forcejeo, el hombre que me tenía agarrada, me deslizó un puñetazo en el rostro.


Apenas sin respiración y con un corte profundo en los labios, me encontré totalmente magullada y tirada en el suelo.


Con una siniestra sonrisa en los labios, aquel hombre me incorporó, y apenas sin ningún esfuerzo, me empujó contra la pared.


Con una de sus manos sujetándome por el cuello, me quitó la chaqueta y comenzó a recorrer mi figura con su mano libre, susurrándome al oído que tenía un cuerpo asombroso, unos pechos increíbles.


Estaba tan cerca de mí que notaba como su erección me acariciaba entre las piernas.


Viendo que me tenía totalmente dominada, con su mano libre, me subió el vestido hasta la cintura y dejó que el aire fresco de la madrugada acariciase mi piel desnuda.


Con un movimiento rápido rasgó mi ropa interior y completamente aterrada, oí como se desabrochaba los pantalones.


Estaba totalmente paralizada por el miedo.


Iba a violarme.







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