Taxi: Capítulo 1

Me puse mi mejor vestido, me calcé mis zapatos recién comprados y me dispuse a comerme la noche. Llegaba un poco tarde a la cita con mis amigas pero era parte de mi rutina.


Ser impuntual.


Paré un taxi en medio de la avenida y sin ni siquiera mirar quien era la persona que se ocuparía de mi trayecto le indiqué el destino.


Escondida detrás de mi sombra de ojos me sentí observada en la parte trasera del habitáculo. Con el ceño fruncido, giré lentamente mi cabeza y observé detenidamente al conductor.


Su cabello, de un color negro, tan oscuro como el carbón, emitía destellos, reflejando las luces de los coches que venían en sentido contrario.


Sus ojos, de un maravilloso color marrón oscuro, observaban vigilantes la calzada.


Llevaba una camisa blanca con los primeros botones cuidadosamente desabrochados y su piel aceitunada brillaba a la luz de los neones de la ciudad.


Hipnotizada por su cautivadora belleza pregunté:


“¿Te conozco de algo?”


A lo que él, raudo y veloz, me contestó esbozando una picarona sonrisa:


“Podría ser, del taxi, seguramente.”


Que acento más intrigante, me pregunté para mis adentros.


Me hice la interesante y giré la cabeza para ver a los felices y ajenos transeúntes.







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